Mi primera vez en el Mundial de Superbikes

Pues sí, aunque ya lo había dicho en alguna ocasión, el Gran Premio de Motorland fue mi primera vez en una carrera del Mundial de Superbikes. Hace años, cuando West corría en Supersport ya me había planteado ir a una pero luego, por una cosa y otra no pude organizarlo. 

Esta era mi gran ocasión: carrera cerca de casa. Mi amiga Laura - de la que ya os he hablado en alguna ocasión - ha empezado a trabajar esta temporada para el Team Kawasaki así que no podía faltar a la cita. 

Decidimos salir el sábado por la mañana y pasar allí el fin de semana. Me fui con otra de mis amigas - Núria - y los padres de Laura, Pepi y Manuel. El viaje desde Barcelona hasta Alcañiz no es muy largo aunque las 3 horitas de coche dan para mucho, dan para tanto... ¡que hasta nos pintamos las uñas!, todo un reto en el último tramo de trayecto que todo son curvas.  

La GRAN diferencia entre el Mundial de MotoGP y el de Superbikes es el tema de las entradas/pases. En SBK todo el mundo puede acceder al paddock ya que las entradas que se compran en taquilla dan también acceso por un módico precio de 45€ nada que ver con los más de 100€ que cuesta una entrada en tribuna - sin acceso a paddock - en el Mundial de MotoGP. Aún y así, no había demasiado gente ese fin de semana en Motorland, no llegué a ver el paddock lleno. El sábado decidimos ver los entrenamientos oficiales y la Superpole desde la tribuna situada justo delante de los boxes, en la recta principal. ¡Hacía un calor! Aproveché también para saludar a algunos compañeros de trabajo que también rondaban por allí y salí a comer con Pecino, director de Solo Moto (la revista donde trabajo). 

Tenía muchas ganas de que llegara mi primera carrera de Superbikes esta temporada por un solo motivo: el año pasado estuve trabajando en Le Mans con una chica italiana llamada Martina pero la sorpresa fue ¡cuando me dijo que se llamaba Porro de apellido! Mi amiga Laura también se llama así  y la verdad es que no es muy común. Llevaba un año diciendo que tenía que presentarlas y este año se daba todo para que pudiera hacerlo. Martina trabaja en el Ten Kate y Laura ahora en Kawasaki, hospitality con hospitality ¡y no se conocían! Así que el esperado momento llegó y pude presentar mutuamente a las Porro que hay en mi vida. :) ¿Curioso no? 

 

Por la noche nos fuimos a cenar algo a la Plaza España de Alcañiz - la plaza principal del pueblo -. Nos habíamos juntado 7 ya que el hermano de Laura, había llegado más tarde con la moto junto a su novia y un amigo suyo. Después de comer nos fuimos al camping Lake Caspe (a unos 20 minutos del circuito) donde habíamos alquilado un bungalow la mar de mono. Si tenéis pensado ir al Gran Premio de MotoGP es una buena opción, son casitas con habitaciones, baño, salón, cocina y un porche donde tomar algo por la noche. Eso sí, los precios para MotoGP no se como serán. 

El domingo Núria y yo vimos la carrera desde un balcón a la sombra ya que el sol nos estaba matando mientas que los demás decidieron ir a verlas al sacacorchos. Aproveche también para ayudar a Carla, una amiga mía de Granollers que estaba de encargada de la parada que se montó de Merchandising de Joan Lascorz - todos los beneficios irán para ayudar a adaptar su casa. 

Una de las cosas que llamó más la atención por el paddock fue este dinosaurio que debo decir que estaba muy bien hecho. Se paseaba arriba y abajo todo el día aunque mucho control de sus extremidades no tenía y en más de una ocasión tenías que vigilar que no te diera con la cola. 

Ese fin de semana en Motorland también estuvo Albert Arenas, uno de los pilotos del CEV que ya ha salido más de una vez por este blog pero en modo offroad. El piloto catalán fue invitado a correr en la European Junior Cup de Honda y logró hacerse con la pole nada más llegar ¡todo un crack! 

Una vez terminadas las carreras y todo más o menos desmontado decidimos poner rumbo a Barcelona, nos quedaban tres horas para llegar a casa. A medio camino nos paramos a tomar un café calentito y los motoristas - el hermano de Laura y su amigo - aprovecharon para limpiar las viseras de sus cascos que estaban llenas de mosquitos y para mostrar su cansancio hasta tirados por los suelos.