Antes de poner rumbo hacia las playas que habíamos fichado para el segundo día pasamos por un supermercado donde compramos un colchón hinchable, ya que se me había metido entre ceja y ceja que quería uno, aunque fuera sencillito para luego poder traérmelo de nuevo a casa.
Así que más feliz que una perdiz fuimos a la primera playa del día con mi deseado colchón: Porto Istana. Había mucha gente pero logramos encontrar un rinconcito cerca de las rocas donde estuvimos de lujo.
Tras pasar la mañana en Porto Istana fuimos a una pequeña cala en Porto San Paolo, es increíble como con tan solo 5 minutos en scooter pasas de una playa como la que veis en las fotografías de arriba a otra con rocas y agua oscura.
Decidimos no volver muy tarde al apartamento porque queríamos pasar la tarde-noche en San Teodoro. Hacía un viento increíble y fue toda una aventura llegar hasta allí, ¡el viento nos movía el scooter de un lado al otro por la carretera!
Después de cenar dimos un pequeño paseo por el pueblo y tras comprar un poco de mirto artesanal volvimos hacia Olbia.