2 días de turismo en mi propia ciudad: Barcelona

Es curioso como casi nunca visitamos aquello que tenemos cerca, tan solo lo hacemos cuando viene alguien de fuera. Llevo toda mi vida viviendo en Granollers (a 20 minutos de Barcelona) y nunca había estado en los típicos monumentos de la ciudad condal que millones de personas de alrededor del mundo visitan día a día.

Después del Gran Premio de Catalunya dos de mis amigos del Mundial se quedaron un par de días para visitar "mi" ciudad. Davide, el chico con el que visité París tras el GP de Le Mans, y Riccardo, el cocinero del hospitality donde comía y cenaba en las carreras en las que estuve trabajando para Miss GridGP. A ambos les fascina el arte, cómo ya os dije Davide está terminando Historia del Arte y Riccardo estudió arquitectura.

El lunes visitamos la Sagrada Familia, un sitio espectacular, ¡no se porque no había ido antes! Aunque  antes tuve que buscar un sitio donde hicieran tortilla de patatas o Davide no iba a parar de repetir que quería una. De allí cogimos el metro hasta Vallcarca y subimos hasta el Park Güell. ¡Coger aire para subir porque menuda cuesta! Pasamos prácticamente toda la tarde sentados en los bancos observando a la gente y en mi caso aprendiendo miles de cosas de ellos dos. Las vistas desde allí son muy bonitas, se ve toda Barcelona.

Subiendo al Park Güell

Davide y Riccardo en el Park Güell

Como no podía ser de otra forma quisieron cenar paella y los llevé al paseo marítimo de Mataró a comer una paella de pescado. ¡No dejaron nada en el plato!

El martes decidimos visitar el Labertin d'Horta (si queréis ir recordad que el día que la entrada es gratuita es el miércoles). De allí nos fuimos al centro, paseamos por la Rambla y por el Raval. Una vez visto el MACBA (no entramos porque no nos daba tiempo) fuimos al Mercat de la Boqueria donde Riccardo disfrutó como un niño.

Laberint d'Horta

MACBA

Paseando llegamos hasta la Catedral de Barcelona y de allí volvimos a Plaza Catalunya donde descansamos un rato antes de poner rumbo hacia el aeropuerto, no sin antes comernos un helado en Portal de l'Angel.

La Catedral de BCN