Como no encontramos un sitio donde desayunar decidimos que lo mejor era poner rumbo a Las Vegas y si encontrábamos algo por el camino ya nos pararíamos. Al final cómo todo lo que vimos era ya llegando a Las Vegas y se había hecho tarde decidimos tirar directamente hacía allí. Nuestra primera parada iba a ser un centro comercial Outlet que hay en la entrada norte de la ciudad. Allí había todas las grandes marcas y la verdad es que había bastantes cosas que valían la pena. Antes de empezar con el shopping decidimos comer ya que se había hecho la hora de comer y no habíamos ni desayunado. Fuimos a la zona de restaurantes y eran como paraditas de distintas cadenas de fast food puestas una junto a la otra y toda una gra zona de sillas y mesas común a todos los "restaurantes". Nosotros nos decidimos por una llamada Green Leafs. La idea nos gustó mucho. Eliges entre 3 tipos de ensalada, luego eliges entre 15 salsas distintas y por último escoges 4 ingredientes de entre unos 25 más o menos (puedes elegir más de 4 pero cada uno de más lo pagas aparte) todo esto por unos 8$.
Al terminar decidimos que nos ibamos a separar y mirar las tiendas cada uno por su cuenta así ibamos a ir más rápido. Nos ibamos a encontrar en una hora y si alguno de los dos había visto algo que le gustaba nos ibamos a acompañar el uno al otro más tarde a comprarlo. Yo me enamoré de unas sandalias en Steve Maden así que a por ellas fui luego con Andrea y el se compró una camiseta en un sitio en la que había miles con distintos diseños, Hot Topic.
Después de hacer estas compras decidimos ir ya hacía el hotel, el Caesar's Palace. Antes pero nos hicimos toda la Strip (la calle principal donde están casi todos los hoteles) con el coche para tener una visión general de Las Vegas. De allí ya nos fuimos directos en busca del Self Parking (donde puede aparcar tu mismo el coche) de nuestro hotel. Una vez el coche estaba aparcado nos tocaba encontrar la recepción, algo nada fácil en un hotel en Las Vegas. Os juro que cada hotel es una ciudad con un plano y todo. Hasta que no te orientas es dificil entender donde estas y donde tienes que ir. Tras caminar por dentro del casino y no encontrar la recepción decidí preguntar a uno que trabajaba allí y me dijo que como teníamos una suite teníamos que ir a la recepción VIP y nos indicó como llegar a ella.
Cuando llegamos allí un chico muy amable nos sacó unas botellitas de agua con la etiqueta de Caesar's Palace y nos comentó que no quedaban suites como la que habíamos reservado así que nos tenían que dar una superior (evidentemente por el mismo precio). Oviamente no nos importó. Después de indicarnos como llegar a ella fuimos en busca de la habitación. Estaba situada en la Torre Octavius y cuando abrimos la puerta y la vimos nos quedamos sin palabras. Veníamos de estar en moteles bastante básicos y ahora estábamos en una habitación con salón, baño para invitados, mini bar inmenso, habitación con vistas a las fuentes del Bellagio, baño principal con ducha, bañera hidromasaje, televisión en el baño para verla mientras te dabas un baño y lo mejor de todo, ¡¡un tocador con mucha luz y un gran espejo en el que maquillarte!!
Decidimos ponernos el bañador y bajar directamente a la piscina ya que la cerraban en una hora y sino ya no tendríamos tiempo de ir. Allí hay varias piscinas, la pública (a la que cualquiera puede ir pagando una entrada), la de los huéspedes del hotel y la VIP que sería para aquellos que disponen de una suite, es decir ¡nosotros! No quedaba casi nadie en la piscina a esa hora así que en la VIP estabamos completamente solos y en las otras había poca gente. Hacía mucho viento así que nos dimos un baño e hicimos alguna que otra foto hasta que los socorristas nos hicieron salir a todos para poder cerrar las piscinas.
Subimos a la habitación y nos cambiamos para salir a cenar algo y empezar nuestro tour por la ciudad. Justo mientras nos estábamos cambiando empezó el show de las fuentes del Bellagio y pudimos verlo desde nuestra habitación. No sabíamos muy bien donde cenar ya que el hotel tiene 15 restaurantes dentro de distintos chefs reconocidos. Al final nos decantamos por el pub de Gordon Ramsey.
Al terminar de cenar fuimos hacia el centro comercial de dentro el Caesar's Palace ya que tenía que ir a Victoria Secret a comprar unos regalos que me faltaban. Al llegar allí nos quedamos con la boca abierta de lo bien hecho que estaba. Parecía que estuviéramos en Roma paseando. ¡Lo más bonito era el cielo pintado de un modo que parece que sea de día! Terminadas las compras salimos a la calle - desde las 17.30h que habíamos llegado no habíamos salido del hotel -.
Caminar por Las Vegas es agotador. Decidimos pasear por la Strip pero, ¡nunca me hubiera imaginado que se anda tanto! Primero pasamos por el Mirage donde vimos el espectáculo del fuego y de allí continuamos hacia el Venetian. Andrea - que es de Treviso, cerca de Venecia - alucinó con lo bien hecho que está todo. Si paseáis de noche os daréis cuenta que lo tienen todo montado de modo que tienes que pasar por dentro de los hoteles, sus casinos y sus centros comerciales para poder seguir tu ruta, es como si cerraran la calle y tuvieras que entrar para continuar. Nuestra meta era el Hard Rock Café, donde teníamos que comprar unos regalos. Pasear de noche por Las Vegas es un espectáculo, te encuentras gente de todo tipo.
Después de andar y andar llegamos al Hard Rock pero sin darnos ni cuenta era muy tarde y acababan de cerrar, eran más o menos las 2 de la mañana. Decidimos cruzar y así volver al hotel por el otro lado y así ver los hoteles de allí aunque solo deseábamos llegar al hotel, ¡estábamos muertos! Allí aún era más descarado lo que os comentaba antes de cerrar la calle para que entres al hotel y pases por sus centros comerciales. Hubo un punto en el Hotel Vdara que no nos dieron más opción que coger un monorail (una especie de metro que va por el aire entre algunos hoteles) de allí hasta el Bellagio. Pensamos que ya nos quedaba poco ya que el Bellagio está al lado del Caesar's Palace pero no... Al llegar allí te hacen andar por todo el interior del hotel hasta salir a la entrada principal pero una vez allí tienes que rodear todo el lago y ¡no es pequeño precisamente!
En cuanto llegamos al hotel nos dimos un baño y nos fuimos directamente a la cama. Nos habían dado casi las 4 de la mañana y al día siguiente teníamos que pasar el día en un rancho montando a caballo, ¡uno de mis sueños desde que era pequeña!
Subimos a la habitación y nos cambiamos para salir a cenar algo y empezar nuestro tour por la ciudad. Justo mientras nos estábamos cambiando empezó el show de las fuentes del Bellagio y pudimos verlo desde nuestra habitación. No sabíamos muy bien donde cenar ya que el hotel tiene 15 restaurantes dentro de distintos chefs reconocidos. Al final nos decantamos por el pub de Gordon Ramsey.
Al terminar de cenar fuimos hacia el centro comercial de dentro el Caesar's Palace ya que tenía que ir a Victoria Secret a comprar unos regalos que me faltaban. Al llegar allí nos quedamos con la boca abierta de lo bien hecho que estaba. Parecía que estuviéramos en Roma paseando. ¡Lo más bonito era el cielo pintado de un modo que parece que sea de día! Terminadas las compras salimos a la calle - desde las 17.30h que habíamos llegado no habíamos salido del hotel -.
Después de andar y andar llegamos al Hard Rock pero sin darnos ni cuenta era muy tarde y acababan de cerrar, eran más o menos las 2 de la mañana. Decidimos cruzar y así volver al hotel por el otro lado y así ver los hoteles de allí aunque solo deseábamos llegar al hotel, ¡estábamos muertos! Allí aún era más descarado lo que os comentaba antes de cerrar la calle para que entres al hotel y pases por sus centros comerciales. Hubo un punto en el Hotel Vdara que no nos dieron más opción que coger un monorail (una especie de metro que va por el aire entre algunos hoteles) de allí hasta el Bellagio. Pensamos que ya nos quedaba poco ya que el Bellagio está al lado del Caesar's Palace pero no... Al llegar allí te hacen andar por todo el interior del hotel hasta salir a la entrada principal pero una vez allí tienes que rodear todo el lago y ¡no es pequeño precisamente!
En cuanto llegamos al hotel nos dimos un baño y nos fuimos directamente a la cama. Nos habían dado casi las 4 de la mañana y al día siguiente teníamos que pasar el día en un rancho montando a caballo, ¡uno de mis sueños desde que era pequeña!
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