He decidido explicar nuestra aventura en Holanda por “fascículos”, explicando poco a poco. Así que empezaré por el pasado miércoles 23 de junio.
El pasado miércoles 23 de junio empezaba nuestro viaje hacia mi segundo GP esta temporada, el Gran Premio de Holanda en Assen. Nunca había estado en la catedral y no veía el momento de que llegara el día.
Al mediodía llegamos al aeropuerto y antes de embarcar fuimos a comer algo en la T1 del Aeropuerto de Barcelona. De camino al McDonald’s nos encontramos a Javi López, jugador del RCD Espanyol y nos paramos a hablar un poco con él.
Nada más terminar de comer tuvimos que correr hacia la puerta de embarque, que como empieza a ser habitual, siempre me toca la que está más lejos de toda la terminal.
Para llegar a Amsterdam hay unas dos horas de vuelo de las que no tengo precisamente un grato recuerdo gracias a un niño sentado delante de mí de esos que nada más subir al avión dices: Oh que mono! Y conforme pasa el rato vas pensando… ¿Por qué no dejará de llorar? Imaginaros intentar dormir en un avión y que el niño de delante no pare de berrear, ¡terrible!
Al llegar a nuestro destino fuimos a recoger nuestro coche de alquiler, la cara de sorpresa que se nos quedó al ver nuestro coche fue buenísima, un Twingo “Tunning”. Si, si, todos los “quillacos” (con todos mis respetos) que nos cruzábamos por la autopista nos pitaban o nos retaban a piques de esos que dejan de ser piques cuando a tu coche le pisas a fondo el acelerador y le cuesta llegar a los 120km/h.
De Amsterdam a Assen deben haber unas 2 horas y nada más llegar fuimos a nuestro Bed & Breakfast situado a 12 km del circuito, en Beilen. Si alguna vez tenéis pensado acercaros por esas tierras os recomiendo realmente que vayáis allí a dormir. Un sitio precioso en el que te sientes como en casa, B&B Cycle-walkabout, por solo 25€ la noche con un gran desayuno casero.
Una vez descargado el equipaje decidimos ir a hacer un poco de turismo y fuimos a visitar Beilen, teniendo en cuenta que eran las 7.30 o las 8.00 de la tarde, parecía un pueblo fantasma, no había NADIE en la calle, aunque el pueblo era muy bonito. Como no había mucho movimiento decidimos ir a ver que se cocía en Assen. Al llegar allí nos dimos cuenta que Beilen estaba muerto porque todo el mundo estaba en Assen. Llovía pero aún y así las calles estaban llenas de gente.
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